Tras crecer al otro lado del río de la operación Trail de Teck en la pequeña comunidad de Sunningdale, C. B., Vern Harkness siguió los pasos que su padre, su abuelo y su hermano dieron antes que él, hacer carrera en el negocio de la fundición.
Luego de comenzar en la operación Trail en 1974 como Limpiador/Extractor de Tanques, Vern escaló posiciones hasta convertirse en Hornero, pasando la mayor parte de sus casi 40 años en Teck en este rol antes de jubilar en 2013.
En su vida personal, Vern había sentido una profunda conexión con su herencia cultural y las actividades al aire libre; su madre era Métis, nacida de una madre Cree, y el creció cazando, pescando, recolectando y acampando.
La jubilación le dejó más tiempo para explorar sus intereses y, después de leer un inspirador artículo sobre pioneros Métis, Vern decidió emprender un proyecto por gusto: construir una canoa tradicional utilizando solo herramientas, materiales y métodos históricos.
Provisto de su intuición indígena y espíritu competitivo, al igual que de algo de información encontrada en línea, se embarcó en una jornada de 10 meses de duración (ver la página opuesta).
Cuando la canoa estuvo finalmente terminada, Vern la llevó orgullosamente a un lago cercano con su remo hecho a mano para probar la embarcación en el agua. ¡Y fue un enorme éxito!
Al preguntarle por la parte más difícil de crear la magnífica nave de 4,6 metros, Vern reveló que fueron las horas de tallar y pulir las piezas, especialmente las costillas y las pequeñas clavijas. ¿Y el aspecto más sorprendente? Lo liviano del producto terminado, destacando que “uno comienza con alrededor de 140 kilos de madera y ¡termina con una embarcación de 20 kilos!”.
En cuanto a lo que espera hacer con la pieza terminada, Vern dice que actualmente está evaluando la posibilidad de donarla junto con las herramientas a un museo que exhiba arte indígena.
“Quién sabe, quizás algún día esta también sea una pieza Métis histórica”.
Cómo construí Aen Kanoo Di Buloo (una canoa de corteza de abedul): Los pasos en las palabras de Vern
Con este tipo de canoa tradicional, primero se construye la cáscara y luego se instala la estructura dentro. Los materiales básicos utilizados son corteza de abedul para la cáscara exterior; cedro para las bordas, costillas y forro; raíces de abeto para coser; y un compuesto de resina de abeto para encolar.
Primero reuní las limitadas herramientas de mano que utilizaría para el proyecto, las cuales incluyeron un serrucho, un hacha, un cuchillo largo y, lo más esencial, el cuchillo curvo que fabriqué a mano.
Puesto que la primavera es la época para recoger la corteza de abedul, mi meta fue tener todas las piezas posibles preparadas para entonces. En el invierno, fui a mi área de recogida para el cedro, una región a seis kilómetros de Trail llamada Fort Shepherd, la cual estuvo vinculada históricamente con la Compañía de la Bahía de Hudson (Hudson’s Bay Company) (en 1858) y fue utilizada por los pueblos indígenas como una base tradicional para pescar y cazar. El cedro es liviano y fácil de trabajar, pero resistente; sin embargo, toma mucho tiempo recoger madera sin nudos.
Luego comencé a tallar y pulir las costillas con el cuchillo curvo. Cada costilla debe vaporizarse con agua para hacerla flexible y luego curvarla cuidadosamente a mano.
En la primavera cuando la savia estaba corriendo, el abedul estaba listo para la recogida. La corteza de abedul es un material ideal material para construcción de canoas, porque es lisa, dura, liviana, flexible y a prueba de agua. Volví a Fort Shepherd y descascaré los árboles, con cuidado para no alterar la capa inferior café oscuro que podría dañar el árbol.
Luego en casa, apoyé la corteza de abedul limpia con el lado claro hacia arriba, coloqué la estructura de cedro con forma de canoa encima y apoyé peso sobre ella para que no se moviera. Vertir agua hirviendo alrededor de los lados de la corteza de abedul la vuelve flexible, casi como cuero, de modo que pudiera curvarla hacia arriba para formar los lados de la canoa antes de colocar los pilares dentro para mantener la cáscara en su lugar.
Para el verano, estaba cosiendo las bordas, los extremos superiores de la canoa sobre los cuales se rema, en los lados de la embarcación a intervalos de aproximadamente 13 cm e insertando travesaños para mantener la embarcación abierta y darle a la nave su ancho.
Después, volteé la embarcación y comencé a coser los parches de abedul para unirlos con raíz de abeto, como si estuviera hacienda una colcha. Cuando terminé de coser el resto de las uniones de la canoa, lo que requirió un tipo de puntada experta diferente a las demás piezas, volteé nuevamente la embarcación.
Luego cada costilla fue ajustada a presión dentro de la embarcación, comenzando desde los extremos y avanzando hacia el medio, al mismo tiempo que cada pieza era adaptada según fuera necesario en el proceso. Al mismo tiempo, recubrí el interior con tiras delgadas de cedro.
Cuando casi había terminado, coloqué la borda superior con clavijas de abedul talladas a mano. En total, utilicé alrededor de 90 clavijas de abedul talladas a mano para toda la canoa, cada una de las cuales tomó 20 minutos en su fabricación. Ya que no hay tornillos ni clavos, las clavijas cuadradas se insertan en agujeros redondos en el cedro para aumentar la presión.
Finalmente, preparé una mezcla de encolado compuesta de heces de alce finamente molidas, carbón vegetal, grasa de oso y savia de pino y abeto. Una vez cocinado todo en forma líquida y colado para eliminar impurezas, utilicé la pasta negra para sellar todas las uniones y evitar filtraciones.
Al final… Aen Kanoo Di Buloo, lo cual es Michif (idioma de los Métis) para una canoa de corteza de abedul.